viernes, 21 de octubre de 2011

POR NO DEJAR HUELLAS


“Ya no es escribes nada. Pasas los días bebiendo y queriendo follar. Una puta frase en el espejo o en mi espalda, una nota arrugada echándome de menos, un maldito cigarro que apagar. Parece que si no sales todos los días a buscar chicas nuevas, polvos frágiles que destrozan camas y no llegas vomitando desde el ascensor, no te sale una jodida frase. Tal vez el problema sea yo. O tal vez es absurdo esperar que puedas escribir algo brutal de mí. Porque soy yo con quien follas. Pero son otras las que aparecen en tus textos follando contigo. Y eso es lo peor. No sé si me entiendes.” Te entiendo. Pero quizá eres tú quien no lo entiende. Escribo lo que no me puede matar. Aquello que me deja incompleto. El vacío de no tener nada que perder. Me acojona escribir sobre ti. Me acojona cada una de las jodidas palabras que puedo decirte. Por eso, prefiero follarte, mirarte desde el baño, que se me queme el desayuno y decirte lo que tengo que decirte cuando no puedas oírme. Por no dejar huellas de algo tan evidente. Superas la jodida realidad. Superas la jodida ficción. Es una gilipollez que escriba de ti pudiéndome arrancar la piel contigo. Dónde va a parar.

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