Cuando se disponen,
tan cuidadosas ellas,
a decirme noticias inesperadas
como: “esto se ha acabado”,
“ya no es como antes”
o “he conocido a otra persona”,
lo hacen como si no fuera capaz de soportarlo.
Y es de agradecer, por supuesto,
que tengan esa consideración con uno.
Sin embargo,
ellas no saben que si puedo
levantarme cada mañana
o correrme sin ti,
de verdad que puedo soportarlo todo.