lunes, 30 de junio de 2014

ANFETAMINAS Y REVISTAS DEL CORAZÓN


Para creer en la guerra sólo necesitamos un miércoles por la tarde. A veces te pareces a una sicav cuando oscurece un poco antes. A veces tiembla uno y se olvida el otro. Eres casi todas mis aficiones y tengo que coger el pasaporte para sobrevolar los cuerpos que no son el tuyo. Un extranjero con tu acento y tu cerrar de ojos, que torpemente hace lo que puede para no echarte demasiado de menos, para no desvestirme con la misma vergüenza de cuando estás mirando cada movimiento y dices “es imposible hacerlo peor”, terminando tú lo que empecé. Mientras tanto, tu cerebro sigue siendo de ciencia ficción, provocando erecciones en cualquier parte que imagines. A cualquier distancia que imagines. Haces que los aeropuertos sean una mezcla de anfetaminas y revistas del corazón. El avión sale en media hora y estoy en blanco. Dejas a un lado la maleta y de puntillas me enseñas a morder. Esperas a que me despida y dices “es imposible hacerlo peor”. Nunca supe quitarme la ropa ni despedirme. Para eso, siempre estuviste tú.

domingo, 8 de junio de 2014

ENTRE EL WHISKY Y TU PINTALABIOS NUNCA HUBO COLOR


Por qué Bangkok y tú. No lo sé. Mi parte más incierta coincide con tu parte más salvaje. Por eso lo que siempre sobrevive es la sonrisa de cada monstruo. Y no duele tanto. O eso parece. Por qué la oscuridad y tú. No lo sé. Entre el whisky y tu pintalabios nunca hubo color. Hay lámparas y sombras que nos acompañan a por el pan y en las mejores pesadillas. O eso parece. Por qué el sexo y tú. Porque cuando nos corremos a la vez, dan ganas de vomitar toda la mierda cursi que nunca nos decimos.