domingo, 28 de diciembre de 2014

HIROSHIMA



Quiero que te quedes. Quiero que te vayas. Quiero que te den por el culo, y que no sea yo. Quiero pasar contigo el puto tiempo que no me sobra. O abandonarte antes de que me abandones, cuando lo pienses bien. Ni te quiero ni dejo de hacerlo. Es algo intermedio para hacer lo contrario cuando tú haces lo opuesto. Quiero hacértelo sobre la barra del bar antes de que lo cierre la policía de los cojones. Quiero que me empujes hacia dentro con los ojos rojos y que se rompa la puerta del servicio del Kafka. Quiero quemar todos los poemas que hablen de ti porque son mentira. Quiero decirte que en realidad, nunca te mentí pero tenía que parecerlo. Quiero que seamos Hiroshima antes de subir la persiana. Quiero que el metro de repente cancele la línea y sea imposible comprobar lo que nos odiamos. Quiero que hagas lo que quieras conmigo y con el vodka. Quiero que por querer no quede, pero va a suceder.  Quiero el sudor frío de despertarme y no saber dónde estás. Quiero alejarme de ti sin tener que explicarlo para volver después con el rabo entre las piernas o con las orejas entre las tuyas.