jueves, 26 de mayo de 2016

CON LOS DAÑOS Y LAS CONSECUENCIAS


Porque si alguna vez te quise fue temblando.
Porque si alguna vez me quisiste fue mentira.

Irene X



Tenía algunos planes, no muchos la verdad,
pero sí algunos. Cosas simples como mojarnos
en la sierra mientras los lobos se comen las sobras
y tú te desvelas en mitad de la noche por algún ruido
y fuera yo intentando mantener encendida la maldita chimenea.
Creo que sigues sin entenderlo. Sin saber que un gesto tuyo
al morder el Big Mac retrocede y aprieta las costillas
porque mis huesos son la parte que te sobra a partir de las doce.
Porque por fin te lo dije e hiciste lo mismo que cuando no: nada.

Tenía algunos planes, pero nada extraordinario, sinceramente.
Un fin de semana en Zahara de los Atunes olvidando
lo que un día rompiste de casualidad o por hija de puta.
Sin embargo, son las 17:01 de un jueves que suda por todos lados
y ahora el caos parece insalvable pero mañana se confirmará.
No hay prisa. No hay salida en tu respuesta.
La única vez que te vi ser contundente fue diciéndome que no.

Tenía algunos planes, aunque no te lo creas.
Algo sencillo como quererte sólo cuando me dieras la espalda
porque de frente es demasiado fácil.
Sabía que no lo ibas a hacer, sabía a dónde mirarías,
sabía que intentarías casi llorar pero no sabes mentir,
sabía que me dolería y que no sacarías tus manos de los bolsillos.
Todo esto ya lo sabía, tranquila.
Yo cargo con los daños y tú con las consecuencias.

Tenía algunos planes, ya lo sabes,
pero decidí mandarte al carajo para siempre
porque esperarte puede hacerlo cualquiera.

domingo, 22 de mayo de 2016

TAROT Y FÓRMULA 1


Son las 3:24 de la mañana
y acabo de llegar a casa.
Hay una polilla en la habitación
que no soy capaz de echar fuera.
En la televisión ponen programas
del tarot y Fórmula 1, que en realidad
no es Fórmula 1, es algo parecido.
Dejo la Fórmula 1, que no es Fórmula 1
mientras pierdo de vista a la polilla.
Hoy estabas radiante, en serio.
A pesar del calor y de las prisas,
te quedaban genial los vaqueros
tobilleros que sabes que odio
y esas zapatillas azules
como lujuria contenida.
Estoy convencido de que la polilla
también se acuerda de ti.
Estamos en la misma ciudad
y he bebido por ti, por mí y por la chica
que no sabe tu nombre
pero que me compadece porque lo imagina.
Aparece de nuevo la polilla
y ya no puedo más. Es insoportable
el sonido de las alas y echarte de menos
a oscuras. No te lo recomiendo.
Te echo de menos, no sé si lo he dicho
pero lo repito, por si acaso.
La polilla no se ha ido
y yo te extraño como nunca.
Probablemente porque me has vuelto
a dejar como siempre.

domingo, 1 de mayo de 2016

BUDAPEST


El tiempo es un hijo de puta
de mucho cuidado, ya te lo dije.
Y lo imposible, de repente sucedió:
tú por fin te acordaste de mí
y yo no tuve ni la menor idea
de lo que hablabas cuando una y otra vez decías
                                          “nosotros”.