miércoles, 26 de octubre de 2011

MANUAL PARA EMPEZAR CON BUEN PIE Y TERMINAR CON EL CORRECTO


Tiene que ser brutal. Desaparezco y aparezco sin arte de magia. Nada aquí, nada ahí, lo pierdo todo antes de cubrirme con tu nombre como pintura de guerra. Tiene que ser brutal. Que no deje nada en pie, que desubiques todo lo que es de mí, sin decir “¿a dónde vamos?” o “se nos ha hecho tarde”. Tiene que ser desde lejos, sin que haya un contacto cuerpo a cuerpo. Eso viene después. No sé si lo estás entiendo ni tampoco si lo estoy explicando bien. Sigamos. Quizá Loriga, Kundera, Orwell, Muñoz Molina, Bukowski, Easton Ellis y Ballard tengan algo que ver. Realmente importan una mierda. Consiste sólo en apretar bien las gónadas. Las que quieras, pero apriétalas. Tal vez Wilco, Radiohead, Quique González, Joaquín Sabina, Rivulets y Bon Iver tengan cierta importancia. Realmente, también importan una mierda. Más complicado que entenderme, concretamente, es aguantarme. Nadie es difícil. Todos somos simples. Decir “soy extraño, y también complicado” es la excusa cubierta de moho podrido del siglo XXI. Así que no voy a decirte semejante estupidez. Soy simple y fácil. Y también -esta vez sí- viceversa. Si tocas en el lugar exacto, Hiroshima será un simulacro para playmóbil. No tienes que hacer gran cosa, sólo tienes que hacerla bien. Es muy poco. Cualquier curso de libre configuración cuesta diez veces más. No me cuentes el segundo moho podrido del siglo XXI de “me han jodido mucho antes, así que no me fío y voy con cuidado”, porque con cuidado se va por un campo de minas en Afganistán, no tomándonos una cerveza en El rincón del arte nuevo. Si tuvieras que cargar con mis cicatrices -que no son ni muchas ni pocas, sino suficientes- hace rato que te habrías ido. Así que no pienses que yo voy a cargar con las tuyas. Que carguen los que te las hicieron. Las mías tienen nombre y apellidos y por supuesto, un remite en mayúsculas, cursiva y subrayado. Para que no haya confusión. Si vas a hablarme de política, tenemos que hacerlo con protección. Hay un virus llamado Intereconomía que me gustaría no tener que perder el tiempo en discutirlo -salvo por Punto Pelota-. Puedes ser de derechas o de izquierdas, me importa un carajo. Lo que sí me importa es que seas subnormal. El fútbol, aquí sí que nos tenemos que poner serios. El fútbol sí que es complejo. Tenemos a Guillén de presidente, a unos directivos de la UEFA con Platini al mando que son los mayores inútiles que han dado la humanidad y tenemos a Mourinho. ¿Eistein o Mourinho? No me hagas elegir. “Sálvame”, sigamos con temas serios. El sabor rancio a comida cumplida, el tacto a humedad que se nota de 16h a 20h, huele que apesta a algo indescifrable pero jamás se te ocurra cambiar de canal en esas cuatro horas. No me preguntes cómo ni por qué, pero me gusta. Es mi opio particular. Y por último, en una cama para uno, no voy a dormir. Podemos abrazarnos, podemos hablar bajito, podemos corrernos si hay suerte, pero no voy a dormir contigo ahí. Creo que ya está todo.

Puedes tirar mi número de teléfono pero recuerda lo de apretar las gónadas, por favor.

2 comentarios:

  1. "Más complicado que entenderme, concretamente, es aguantarme."
    Brutal.Me encanta cómo escribes (aquí y en el otro blog).
    Bueno, y Radiohead y Quique González también.

    Un beso -y gracias por leer-.
    :)

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Lady Day. Tus textos son geniales también. Además, he visto que tienes buen gusto, no sólo por Radiohead y Quique, sino también por Tokio Blues y Kutxki, entre otros...

    Un saludo :)

    ResponderEliminar