sábado, 3 de noviembre de 2018

NI VOLVER NI CASA // 168 HORAS Y 39 MINUTOS


NI VOLVER NI CASA

“Cómo dudar que nos quisimos.../
Pero jamás en el mismo día”
Ángel González

Regresar a casa sin ti no es volver, ni tampoco a casa. El tiempo que falta imagino que lo doy de alguna manera: cuando enciendo una luz o al elegir el suavizante adecuado. Son las 5:06 de la mañana y pasan coches por la avenida donde al final de todo, paraba tu autobús. Pero sólo al final de todo. Hay demasiados aparcamientos libres y una temperatura casi orgásmica. Me conformo con poco. Un gato blanco se asusta al verme en el portal. Pocas compañías son mejores en este momento. Mientras subo en el ascensor solo tengo dos pensamientos: el sofá sin tu gomilla del pelo y los tacones volcados en tu lado de la cama. Me gusta explicar nuestra mejor rareza: querernos siempre en momentos diferentes. A la vez puede hacerlo cualquiera.


168 HORAS y 39 MINUTOS

Al parecer los coches de caballos no se detienen en los semáforos. El partido Benfica-Moreirense me ha jodido la apuesta. Hoy no te molestaría la barba. Ha sido un día extremadamente largo. Y tienes razón, te dije que te esperaría. Sin postdatas ni acepciones en la última línea. Te dije que te esperaría sin más. Ni menos. Y con todo, aún así. Te he esperado durante 168 horas y 39 minutos. Te he creído cuando me explicabas que pueden existir azoteas cerradas. He pensado en ti incluso cuando no sabía en qué coño estaba pensando. He mirado el móvil buscando que tu nombre saltase de repente por arte de magia, entre el resto de conversaciones. Me he arrepentido de decírtelo: no entiendo prácticamente nada de ti pero me haces sentir jodidamente bien. Iba a subscribirme a tu cambio horario con repercusiones fatales en el espacio, tiempo y orgasmos. Pensaba que nadie abrazaría peor que ella y apareciste tú. Ya no estoy seguro si tu nombre empezaba por M o por A. O por ninguna de las dos. Pero tenías razón, te dije que te esperaría. Cumpliré mi palabra. Voy a esperarte hasta que vuelvas de una vez o hasta que me olvide completamente de ti. Lo que ocurra primero.