domingo, 19 de julio de 2015

CAOS ESTÚPIDO


El piano y tú contra la pared en un momento azul
                              del que nadie se acordará,
mientras las notas y las gotas caen al suelo
con tu nombre y mi carne como un caos estúpido.
Detenerse lamiendo cada partícula de oxígeno
que quiera escapar o estallar delante de nosotros
y envidiarla. Envidiarla con todas nuestras fuerzas.
La cerveza y los tragos de bourbon
hacen que levites como si rozaras la saliva de un dios,
y esa maldita melodía comercial
que no se va de mi cabeza, aunque por suerte,
tu mano sigue en mi entrepierna.

El piano y tú contra la pared en un momento azul
                             del que sólo querremos huir,
mientras otros y otras intentan que seamos felices.
La felicidad es para quienes no saben cómo vivir.
Y qué cojones importa si sólo sabemos girar
y corrernos apretando los dientes.
Y qué cojones importa si el pintalabios
no soporta las acometidas. Sonríe después de temblar.
Sonríe y no te vayas lejos si no dejo de correr.
Tus pezones nunca mienten. Y mi pantalón tampoco.

lunes, 6 de julio de 2015

VAROUFAKIS Y TÚ. UNA MEZCLA EXTRAÑA




Cambiaría el dedo pequeño del pie de Varoufakis por el 99% de los políticos de este país. Y saldríamos ganando. El problema de Europa es que quisieron llamarse FMI o Alemania pero no sonaba convincente. La personas pueden llegar a ser jodidamente imbéciles pero no tanto. Aunque es complicado encontrar más estúpidos que en España, y no lo digo yo, lo dice Rajoy. Un país que lo representa un tipo como éste no tiene excusa. No debería de tener los santos cojones de reprocharle ni media palabra a alguien que se caga en la cara de la troika por no romper aún más a su país. ¿No se trata de ser patriota o de qué coño estamos hablando? Mientras unos hablan de ser parte de Europa como si fuera algo interesante o efectivo, otros prefieren pertenecer a algo con sentido, por ejemplo a una comunidad de vecinos que no les joda a ellos, a sus hijos, a sus nietos, etc. Pero yo había venido a hablar de ti. Y a cagarme en tu puta madre, que hace tiempo que no lo hago. Y a decirte también que te echo de menos. Pero esto último tampoco es tan importante.