Puedo quererte y no. Puedes joderme y
también. Porque sí. Si supieras el maldito frío que hace en mi habitación sin
tus cremas hidratantes, me follarías sin piedad antes de que se hiciera de día.
Por si acaso. A veces duele, otras es perder el tiempo. Cocinar para ti es
abrirte el invierno hasta la raíz. Puedes hacer conmigo lo que quieras. Puedo
morder tu clavícula durante la tormenta, ¿se te ocurre un plan mejor para hoy?
Sólo hay una duda que haga más ruido que tú cuando te vas. Pero no estoy
seguro. Puedo quererte y no. Puedes joderme y siempre. Por supuesto. No sé qué
haría sin ti. Ojalá tú. Domingos para jugar con tus huellas antes de que corten
mis nervios uno a uno. El cielo tan duro como tu lengua sobre mis pupilas. Lo necesito
o lo pierdo. Cualquier país que sepa cómo amaneces sería perfecto. Puedo
quererte y no. Puedes joderme y tampoco. Ojalá tú. En cada una de las mujeres
que por suerte, no se parecen a ti.