sábado, 13 de octubre de 2012

¿Y SI SUPIERA ENSEÑARTE REIKIAVIK CERRÁNDOTE LOS OJOS?

¿Y si tú no fueras tú, a dónde coño no habría huido yo? Vas a superar la mejor respuesta posible con el peor silencio imposible. ¿Y si anoche hubiese entrado en tu piso contigo, chocándome con los muebles por no encontrarme con este tipo nefasto en el que me convierto a estas horas? No vas a calibrar los movimientos sísmicos que hacen que pueda dormir en esta cama ajena y no en la tuya. ¿Y si me diera por dejar de pensar en ti para pensar en mi tablero desorganizado? Haría tres meses que llevaríamos ocho meses sin saber uno del otro. ¿Y si no hiciera las cuentas antes de coger el ascensor por si al final resulta que sí me salen? Olvídate de mí. Olvídame de ti. ¿Y si supiera enseñarte Reikiavik cerrándote los ojos? ¿Qué haríamos con la jodida piel si es peor que volar con Ryanair? Produces y reproduces el humo que ensancha mis pulmones cuando el estómago está en otra cosa. Y a otra cosa va el mundo que no quiere saber nada de audiciones a ciegas si tu ropa interior no marca el ritmo. ¿Y si la resaca amontonase todo lo que haces mal en la misma esquina que el ombligo con amnesia que no sabe hablar de ti sin cagarse en tus muertos? El camino de vuelta se hace insoportable sin tus frases alcoholizadas que a modo de gps me confunden el camino para llegar a casa, para seguir llegando a ti por el peor trayecto de todos. Avanzo y me retrocedes entre detergentes que me enseñan tu peor invierno a 30 grados. Avanzo y estamos lejos de conformarnos con más. ¿Y si supiera finalizar este texto sin tener que hacerlo también contigo?

2 comentarios: