lunes, 15 de octubre de 2012

TE HE ENCONTRADO EN MITAD DE BORGES

Te he encontrado en mitad de Borges. Sin buscarte, sin ponerme en peligro, sin odiarte con la peor parte de mí. Te he encontrado trazándote desde la soledad más inútil que pueda haber. Es mejor recaer donde ya conoces los golpes, donde ya esperas los impactos antes de que lleguen, porque no van a destrozar más de lo que lo hicieron, a caer y exponerme a ondas expansivas en las que tú pones los límites. Y puede que vengas a reprocharme dónde han quedado los discursos de valentía y de saltar, de meterse en el barro. Y puede que tengas razón. Pero es que ser valiente está sobrevalorado, sobre todo si se trata de ti. Y a menudo ser valiente contigo, significa ser estúpido del todo. Hasta para pasarlo mal hay que ser inteligente. Te he encontrado en mitad de Borges. Y pocas cosas hay peores que eso. Señalo el sitio concreto: “Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías sobre ti misma, auténticas y sorprendentes noticias de ti misma”. Llegado a este punto estoy en blanco. Llegado a este punto mataría por no tener memoria contigo. Y seguir en blanco. ¿Para qué sirve sintonizarnos si no hay nada que nos interese? Son inútiles los puentes levadizos, las ventanas correderas, los ascensores averiados, las panaderías que siempre abren los domingos, los paisajes que nos acorralan porque no saben huir. Es inútil congelarnos en días de niebla, como si supiéramos vernos a simple vista. Te he encontrado al final de Borges. Indico el lugar exacto: “trato de sobornarte con la incertidumbre, con el peligro, con la derrota”. Justo ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario