lunes, 26 de marzo de 2012

RESACA ELECTORAL

La resaca electoral sabe mejor con aspirinas y con tu voz en resonando en la almohada. Al final ha resultado ser más de lo mismo, aunque no del todo. Ha habido varias cosas claras. La gente está hasta los cojones del PSOE, está acojonada a que salga el PP y que la abstención ha sido brutal. Que el 40% de la gente haya preferido quedarse en casa antes que ir a las urnas no es un problema de esas personas propiamente, o que carecen de compromiso social. Sino todo lo contrario. Quiero decir que son los políticos los que tienen que convencer al resto de que vestirse, andar hasta el colegio electoral, buscar la papeleta en esos confesionarios “cuasi-inquisitorios”, abrir el sobre, meter la papeleta y esperar la cola, es mucho mejor que terminar de ver la película de Cuatro. Y que dar tu confianza realmente va a servir de algo y que no va a suponer desperdiciar una hora de tu vida en dar tu apoyo a un impresentable que lo único que va a hacer es no hacer lo que dice. Por tanto, el problema de la abstención no es quienes se abstienen, sino quienes durante muchos años y numerosos escándalos se han encargado de que no creamos en los políticos. De que el voto para ellos no tenga valor porque voten lo que voten, sigue pasando lo mismo de siempre. Porque sólo queda llegar a la conclusión de que no tienen ni idea de lo que significa concederles tu voto. Es como cuando pones confianza ciega en los sanitarios en sus prácticas cotidianas, como poner la vida de tu familia bajo el techo que ha diseñado un arquitecto y han construido unos albañiles, como follar sin condón con tu pareja porque te jugarías un maldito brazo por ella. Incluso la puta vida. Porque estos impresentables tienen en sus manos nuestras jodidas vidas pero no se enteran. De otra forma sería incomprensible las actuaciones fraudulentas de Felipe González después de tener el mayor número de votos jamás conseguidos –y esto dolió especialmente-, como la irresponsabilidad de sostener la economía de un país en “el ladrillo” porque en ese momento lo que valía era el “pan para hoy, mañana que se las apañen” de Aznar –a lo que ayudaron también los gobiernos posteriores del PSOE-, sin comentar la indecencia de la guerra de Irak en la que han salido impunes todos los implicados, menos los iraquíes, por supuesto. Al final le han dejado el país realmente “arreglado” y “sin problemas”, no hay más que verlo. Y siguiendo por la negación hasta última estancia de la crisis que estaba ya encima, por parte del PSOE, los ERE, las subvenciones millonarias de Chávez a la empresa de su hija, el gasto descomunal de Francisco Guerrero en cocaína, el caso Gürtel y Brugal, por parte del PP, entre otros. Estos tipos deberían de ir a la puta cárcel. Pero en lugar de eso, les quedan unos sueldos vitalicios y les bajan el sueldo a los funcionarios, entre otras cosas, también. Y a los causantes realmente de la crisis, los bancos, no sólo “se van de rositas” sino que el gobierno les inyecta unas sumas de dinero totalmente incompresibles, ilógicas e insultantes a la inteligencia y la coherencia. Pero viendo el nivel de los ministros, José Blanco, Leire Pajín, Esperanza Aguirre, Soraya Saenz de Santamaría, José Ignacio Wert, y sus líderes, Rubalcaba, -Zapatero cuando lo era-, Rajoy, Llamazares –cuando lo era también-, y para qué seguir, es normal que pase lo que pase.
En las anteriores elecciones generales, voté a UPyD, porque quitando algunos puntos, me parecían los más coherentes. Nunca entendí el secretismo feroz de no decir libremente tu ideología, como el derecho a no hacerlo, por supuesto. Pero el hecho de decirlo abiertamente, sigue suscitando cierto reparo. Por eso, yo lo digo. Aunque no es ni blanco ni negro. Hay una escala de grises bastante esclarecedora y matizable. En estas elecciones autonómicas de Andalucía, he votado a IU principalmente por un ejercicio que han hecho de honestidad llevando su programa ante notario. Y eso, tal y como están las cosas, me basta. Al PSOE de ninguna de las maneras iba a volver a votarlo. Encima Griñán está metido en otro escándalo, que fue por lo que “se fue Chávez”, no aprenden, manda huevos. Al PP, por razones morales y porque en el poco tiempo que llevan ya han mentido en lo que iban a hacer, tampoco. Arenas me produce cualquier sentimiento menos el de confianza. Y aún sabiendo que había cosas que había que hacerlas sí o sí, no han tenido los cojones de decirlo. Esa es la cuestión. Que mienten una vez y otra. Tanto unos como otros. Es la primera vez que voto a IU –a Diego Valderas, en concreto- porque desde que se fue Julio Anguita, IU ha sido cualquier cosa menos izquierda unida. Ha sido algo absurdo llegando al punto de convertirse en un producto como el Nesquik o Apple. Con la diferencia de que estos sí servían para algo. No me gustan los extremos pero tampoco la ambigüedad.
Lo he reducido todo lo máximo posible. Hagan lo que hagan, que sea lo que han dicho y no lo contrario. Algunos dicen que es voto inútil. Como si el útil existiera realmente. Pero ya no se trata de eso, sino de que cumplan su maldita palabra, y son de los pocos que han dado algún ápice de llevarla a cabo. Probablemente terminarán jodiéndolo también y metiéndonosla por detrás, pero se merecen la duda. Mi duda, al menos.
Hay Messi, Jordan, Usain Bolt, Kaspárov, Bill Gates, Fernando Alonso, Rafa Nadal, ¿tan jodidamente difícil es que haya alguien que sepa gobernar de una vez?
En definitiva, creo que el mejor dirigente político -como requisito imprescindible- sería cualquiera que no fuese un político. Bastaría con que fuera competente y honesto. Y como veo que eso es mucho pedir, me conformo con que sea sólo lo segundo.
Aún así, la resaca contigo sabe mucho mejor.

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