sábado, 17 de marzo de 2012

NO HACEMOS PIE


He ordenado los cajones y también he hecho la cama. He visto llover durante unos minutos mientras escuchaba la radio en el ordenador. Sin apenas champú, hacemos espuma. Con la misma certeza que un día nublado: “ya veremos”, la carne es un piano destrozado cuando pasamos descalzos uno por el otro. ¿Hemos pasado?  Y es que no hacemos pie. Ni en las sábanas ni en las paredes que nos sumergen un poco más. Salimos a flote. Aprendimos a respirar en aguas profundas. Aprendimos a ahogarnos en la orilla. Un boca a boca no vendría mal, incluso una reanimación de nuestra parte más trivial y común que converge con no sé qué mierda  de “echarse de menos” en el peor momento. También hay creación cuando destruyes algo de mí. Digamos que de algún modo, se transforma. O sobrevive en lugares con condiciones extremas. Probablemente no me esté explicando una mierda. Probablemente, ya lo sé también. La inspiración no existe. Es cuestión de tenerte cerca y dejar que corra el tiempo sin que pase nada. Absolutamente nada. Ya pasamos nosotros. He estado pensando en cómo explicártelo de una forma contundente, irreversible y feroz. Goteó la respuesta de un libro de Jaime Sabines, poniendo empapado el maldito suelo: “Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo”. Y vuelve a empaparse todo.
Todos los textos que he escrito son mentira. Pero tú no. ¿O era al revés? Ya no me acuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario