miércoles, 23 de noviembre de 2011

SMS CADUCADO

No sabía que un Martes hubiera tanta gente en la calle. Ni tampoco que a las 5 de la mañana me acordase de que Berlín también existe en tu pie derecho. El sms que quedó en el borrador ha caducado. Las cervezas y el tequila son un nórdico que acoge las estrellas en mal estado y los charcos que voy pisando, alejándome de ti. He dormido poco. Algunas cosas se vuelven inestables y el equilibrio ya ha pasado lista, pero regresa a su cauce. Llamo a un chino para comer. No quiere decir que vaya a comer con el chino ni tampoco que vaya a comerme al chino. Lo que quiero decir es lo que se entiende. Y recuerdo un párrafo brutal: “Vivían libremente entre los estudiantes, discutían con los hombres sobre temas filosóficos, sociológicos y artísticos; eran como los hombres mismos: sólo que mejor, porque eran mujeres” (El amante de Lady Chatterley, D. H. Lawrence). No puedo estar más de acuerdo. Hace un día perfecto para casi cualquier cosa. Para despedirnos definitivamente. Para descarrilar un tranvía. Para quitarme la piel muerta en algún hostal en las afueras. O incluso para recordarte de verdad, si tuviera cojones para hacerlo.

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