lunes, 7 de mayo de 2012

PARA HACERTE SENTIR COMO EN CASA EN UN PORTAL CUALQUIERA

Si tú y yo hubiésemos tenido whatsapp por aquel entonces, habríamos explicado de más ciertas cosas. Las dosis pequeñas, los misterios fáciles de resolver, los poemas a la mitad de Pedro Salinas, mi cerveza con el color de tu pelo en verano. Todo esto, sería distinto. Por no decir que no valdría nada. Sin embargo, quién coño nos va a quitar las camas que no deshicimos, las maletas perdidas en Reikjavic, los polvos que nos producían anemia y endorfinas, tu mano tocando mi corazón desde mi nuca, mi cuerpo adornando un portal cualquiera para hacerte sentir como en casa. Quién coño va a entender nuestros razonamientos ópticos vencidos al morderme el labio inferior con tus dientes, si se me ocurría llevarte la contraria. Quisimos huir. Después quisimos no volver. Lo mismo dicho de diferente manera, no es lo mismo. Ahora arrepentirse duele menos que querer repetir y no hacerlo. No entienden nuestros abandonos y nuestros desiertos que nos acogen de brazos abiertos. No entienden que eso, nos salva. No entienden que jode pero que también es un puto orgasmo permanente durante el tiempo que dura. 3 segundos. Una semana. Casi un mes. Y vuelve a joder. Pero lee de nuevo lo del orgasmo. Léelo bien hasta que lo entiendas de una puta vez. No voy a discutir que jode. No voy a discutir la ropa porque al final tú decides. Hay lugares para fundar montañas rusas con un código de barras personalizado. Hay lugares para tener sexo y amanecer con el brazo izquierdo dormido. Yo no quiero esos lugares. Yo prefiero quedarme contigo. Aunque no sepa dónde estás. Aunque no sepas dónde estoy. Aunque no nos reconozcamos ni de lejos ni de cerca. Prefiero matar el tiempo a contaminar la parte que mordiste un día. O tú o no me quedo. Quién coño nos va a devolver lo que no hemos tenido. Ni tú. Ni yo. Ni por supuesto esta mierda de texto. Casi un mes. Una semana. 3 segundos, 2, 1...O tú o no me quedo. Ya te lo dije.

No hay comentarios:

Publicar un comentario