Probablemente ahora ella
esté follando con otro tipo mientras son las dos de la mañana y no se me ocurre
nada mejor que inmolarme con Gil de Biedma. Y lo cierto es que no me cambiaría
por ese tipo. Aburre lo conmovedor que es sentirse vulnerable cuando alguien te
dice cualquier gipollez como “ayer me acordé de ti”, “quédate a cenar” o “me
gusta tu camiseta de John Lennon”. Aburre cuando en la acera están las iniciales
de todos tus dientes por todas las hostias que te has dado. Existe también la
belleza de no sentir nada. Esto seguramente no se entienda, por eso no voy a
perder el tiempo en explicarlo. Por mí, finalizaría ya este texto. No es la
primera vez que sería un “finalizador precoz”. Pero voy a continuar, sin razón
aparente. Durante la noche todo se magnifica. No sé cuántas veces pensé a las
cuatro de la mañana que la chica con la que estaba en ese momento podría “volarme”
la cabeza sin apretar el gatillo. Aunque sí sé las veces que me equivoqué:
todas. Es mejor darse cuenta al día siguiente que a los dos años. Pero cada uno
tiene sus manías. Las mías hacen interferencias con tu cuerpo desnudo en mi
memoria. Rebotan como muelles de cristal con miedo al contacto. Esto es algo
raro. Pero es agradable. Probablemente aún sigas follando con ese tipo. Así que
tendré que continuar yo también. No le busques la lógica ni tampoco la doblez
que falta. No se me olvida la maldita marca de tu dentífrico. La del mío soy
incapaz de recordarla. Tengo que estar un buen rato mirando cada uno y al
final, siempre es por eliminación. Igual que tu champú. Tu jodido champú que como
una droga de diseño va envolviendo, más que para regalo, para una recuperación
masiva de las neuronas que hablan de ti y que están en mi Guantánamo
particular. Y que no se mueran las hijas de puta. Hoy no quiero estar contigo,
te lo juro. Cuando digo hoy, quiero decir también, desde hace un tiempo. Pero
se hace raro atravesar la noche sin varios preservativos menos, con tu forma
peculiar de abrirlos. Sin tu “ayer me acordé de ti”, “quédate a desayunar” o
“me gusta tu camiseta de John Lennon”. ¿En qué mierda me has convertido para
que se me hagan raras estas cosas?
eres un jodido genio.
ResponderEliminarMuchas gracias!
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