domingo, 17 de febrero de 2013

A LAS 7 DE LA MAÑANA NUNCA AMANECE



Cada vez que cierro la boca para pensar en ti, se me secan los labios un poco más. Se van secando hasta no saber qué son, ni por qué se coagulan. Se secan como un hielo al final de tu espalda en un día de lluvia. La ropa amolda la silla en los huesos. Quédate donde estás. No te acerques. No hables. No toques ciertas zonas. No repitas los hemisferios que nunca fuimos. Ni tampoco los verbos que no sabemos conjugar. Yo haré lo mismo. No sé qué pasará cuando tu nombre no rime con nada. No sé cuánto tiempo tardaré en abandonar. Pero eso, tú ya lo sabes. Aunque yo acabo de enterarme. Los abandonos siempre han sido mi especialidad. No es algo de lo que estar orgulloso. Pero es de las pocas cosas que se me dan bien. Quédate donde peor te vea. Quédate en el parque sin farolas donde usamos aquel árbol a modo de somier en la pared. Yo morderé el polvo que dejas en el suelo. Mojado y que se eleva sin punto de apoyo. Cada vez cuesta más que salgan las frases. Y ahí estás tú. Quieta. Desnuda. Respirando de arriba abajo. Desmontándome de arriba abajo. Manteniendo el caos de tu falda. Manteniendo lo imposible de mantener. Cada vez que cierro la boca para pensar en ti, se me secan los labios un poco más. Se rajan como el recuerdo de un iceberg hundiéndose cuando nadie lo espera. A las 7 de la mañana nunca amanece, sino todo lo contrario.
 
-           -Me gusta la mierda que escribes.
-          -Y a mí que me muerdas los ojos hasta que no tenga a dónde mirar.
-          -¿Desde cuándo prefieres quedarte, a olvidar direcciones?
-          -No estoy seguro de casi nada ahora mismo.
-      -Hemos bebido demasiado. Hemos forzado los músculos hasta el límite de la resistencia y del oxígeno. Es como estar colocados pero esta vez la resaca va antes.
-          -Y aún hay cosas que saben a poco.
-          -Deberías de andar descalzo.
-          -Los argumentos son la peor excusa para no decirlo claramente.
-          -Es difícil no mandarte al carajo. Y también no darte la razón.
-          -Prefiero equivocarme a tener la razón. ¿Siempre te mueves así?
-          -Sólo cuando en la televisión dicen estupideces.
-          -Tenemos que encenderla más.
-          -Tus estupideces también cuentan.
-        -No sé de dónde coño has salido. Pero sería una putada inmensa que te fueras. Porque aún queda alcohol, marihuana, discos de Devendra Banhart y unas ganas de ver reventar la noche en primera fila que no sé cómo se van a calmar.
-          -Te dije que tus estupideces también contaban. Por eso, sigo sin saber qué mierda haces con los pantalones puestos todavía.

Y reventó la noche. Y nosotros. Sin tener ni puta idea de qué fue primero.

1 comentario: