viernes, 10 de agosto de 2012

TODO LO QUE SE ROMPE ANTES DE TIEMPO

Entre las dunas aparece el espejismo de tu voz diciendo “Podríamos hacer tantas cosas uno sin el otro que da miedo pensarlo. Pero lo que acojona de verdad es lo que hacemos juntos”. La arena fría calcula los vértices de mi espalda. La estrella Polar se parece a tu pezón. Pero tú sabes mucho mejor. Mi exilio de ti no son las demás. De hecho, son la vuelta más rápida y feroz a ti. No espero que lo entiendas. Tampoco espero que compartas la manta. Porque una playa de noche, igual que un mercado, tiene las formas íntimas de amanecer más contundentes que jamás he visto. ¿Qué va a pasar cuando pase esta noche? ¿Qué va a pasar cuando veamos que no ha pasado nada? Apoyas la cabeza en mí y sube el sonido de las olas. Aunque sólo las intuimos, enfrente. Observo tu pie derecho hundiéndose hasta la mitad en la arena. Y una profunda empatía moja la toalla. Me recuerdas a lo que escribió Juan Manuel Romero: “Al fondo/ todo lo que se rompe antes de tiempo:/ nosotros, esta noche/”. Las lenguas están impacientes por la sal ajena. Salimos ilesos pero con heridas irreparables. Salimos disparados hacia el faro, que ni que decir tiene, no nos guía. ¿Para qué queremos la luz? Si nos sobra con la piel que gastamos fuera de nosotros. Entre las dunas aparece el espejismo de tu voz diciendo “Tenemos que dejarnos. Pero hoy no”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario