sábado, 28 de abril de 2012

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES. Y DE TI TAMBIÉN

No se me ocurre nada qué decir. Releí “Memoria de mis putas tristes” (García Márquez) y es incluso mejor que la primera vez. Casi todo es mejor que la primera vez. Menos cuando hay alcohol de por medio. Entonces, o es jodidamente bueno, o es jodidamente malo. De momento, prefiero leer sobrio. De momento, lo dejaré pasar. Y a ti también. Las cosas que no llenan, al final, no sé cómo, terminan llenando. No sé el qué exactamente pero lo terminan llenando. Por eso la mejor forma de llenar algo vacío, es vaciándolo aún más. Siempre queda algo. Y como un feedback inesperado pero oportuno, de vuelta a casa recordé una canción que escuché hará ocho o nueve años:“Tal vez porque esta noche no vaya a ser lo que se dice/una noche inolvidable...no por ti,/la culpa es mía por fingir que todo me da risa/y que la culpa es de la prisa o es del frío, pero vamos.../que yo sé que es culpa mía” (A. Sanz). Como casi siempre, salió mal. Como casi siempre, es una de mis formas favoritas de perder el tiempo. La soledad está de puta madre. Sobre todo cuando sé que estás ahí. Al otro lado de la cama. A éste. Al que quieras.

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