martes, 23 de agosto de 2016

RAY DONOVAN

Cada maldita canción de ese grupo taladra una a una las neuronas que se activan con tu puto nombre. Joder, cómo pesa agosto sin tus piernas en mis hombros. No sólo rompieron las olas en tu espalda. ¿Ves algo que esté en su sitio? Yo veo Ray Donovan por dejar de mirarte entre campañas de tráfico y reuniones con inmobiliarias. A las 7 de la mañana se puede odiar al mundo para siempre. O a ti. Pensé que eras una fiera eléctrica y al final, lo escupiste igual. Llevas el insomnio y la rabia de quien sólo pretendía follarse la felicidad que salía por tus pies. Ayer retorcí una nube de humo que echaba de menos mejor que tú. ¿Ves algo que esté en su sitio? Tú, sin embargo, sigues intacta como una saltadora olímpica después de un salto perfecto. La ejecución fue brillante. Tu sonrisa después del desastre también. Y eso fue todo lo que pudiste ofrecer. Ahora, como ves, nada está en su sitio: tú mirando el impacto desde arriba, yo en el suelo preguntándome dónde coño está la red que prometiste.

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