sábado, 5 de abril de 2014

MÁRMOL Y VIOLINES


Podemos volvernos invisibles y follarnos antes de que el mármol se evapore. O podemos saborear un poco más la caída, relamiendo los cinturones de seguridad que no se abrieron. En cualquier caso, los violines seguirán sangrando igual. Madrid seguirá igual. A veces lleno de ti. A veces rebosando de una mierda insoportable. Es absurdo dejar el frigorífico abierto si la nieve no sabe dónde está. Las sábanas continúan deshechas antes de la última canción de Ryan Bingham. Ni paracetamol, ni nolotil, ni arrancando el hipotálamo de cuajo. Es absurdo hablar de amor si nunca has tenido fiebre. Ni has sabido cómo coño bajarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario