domingo, 1 de septiembre de 2013

TELEDIARIO POR TRIPLICADO // HE IMAGINADO CASAS SIN TI



TELEDIARIO POR TRIPLICADO

No sirve de nada mi nombre en tus pezones si saltas en paracaídas. No sirve de nada el whisky en mi clavícula con el viento a favor. Las vueltas no son vueltas. Es más fácil evitarlo y que degenere. Es mucho más fácil. Mira la estupidez de insomnio cuando freno en seco. O cuando se nubla el techo. Lo que encaja perfectamente destruye a la perfección. Incluso después del incendio sigo sin notarlo. Puedes girar la voz o estrujar la avenida. Seguirá sin ocurrir nada. No sé qué versión de ti mantiene el último callejón desnudo. Pero es lo que siempre he abandonado. No sirven de nada tus piernas a 25 grados. No sirve de nada masticar el cortocircuito si no sabes lo que es la electricidad en los pulmones. He salido del turno de noche. Me he duchado. Me he tomado un yogurt. Son las 9:35 y es la tercera vez que veo la repetición en bucle del maldito telediario. Prefiero no pensar en nada a pensar en ti. Para deshacerlo. Para diluirme en el último escalón del sueño húmedo que huele a tu sombra. Para no saber quién soy ni qué implica mi jodido nombre. Ni el tuyo.


HE IMAGINADO CASAS SIN TI

Mi lengua se desacostumbra de tu lengua como el invierno se desorienta con la calefacción en espiral. He imaginado casas sin ti y ascensores que no pasan por agosto. Los domingos son viajes al exterior de un temblor odioso y cortante. Deberías de estar aquí. Entre los gritos de los niños en el patio y el viento con la batería justa que va de la habitación al salón. Entre lo que existe cuando golpeas bien y lo que extingues colateralmente. Aún está bajo mínimos la frontera que no pisamos por no apaciguar el misterio. Mi lengua se desacostumbra de tu lengua como la columna vertebral se olvida de la gravedad en los días de lluvia. He imaginado casas sin ti. Y era algo tan jodidamente triste que no he tenido cojones de ponerle nombre.  

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