martes, 6 de septiembre de 2016

POR QUÉ NO Y POR QUÉ TAL VEZ

Ahora, justo en este momento, un domingo a las 20:42, precisamente en este jodido instante, es insoportable. Ha sido extraordinario no pensar en ti durante no sé, varios días. O varias horas. Pero ahora, he tenido que guardar el móvil en el último cajón de la casa. La temperatura empezará a bajar en un par de horas y supongo que eso ayudará. Son los domingos. Los putos domingos que hacen que quiera tirarlo todo por la ventana y salir a buscarte. He seguido leyendo “Cuando se vacían las playas”. He tocado al piano “Skinny love” y ha terminado de matarme. He resucitado con los ojos secos y con la televisión encendida. He mirado al techo. He recordado por qué no y por qué tal vez. Tu distancia. Tu puta distancia que aprieta en el lugar exacto. Pero son los domingos. Está comprobado. Los malditos domingos jugando a disparar sin pensarlo. A odiarte un poco menos. A mandarte a la mierda. A seguir queriéndote, por si acaso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario